domingo, 18 de octubre de 2009

DIA 18. RALLY AVENTURA EN PUNTA ALLEN


El camino infernal a Punta Allen

Punta Allen
En un muelle de Punta Allen

Restaurante Muelle Viejo

Hoy nos decidimos por alquilar un coche por dos dias, creo que nos salió por unos 40$ al día. Haciendo caso a nuestra guia Lonely, que hasta ahora no nos había fallado, cogimos camino hasta Punta Allen, 40 kms al sur de Tulum. Según la guía, el camino es malo pero no te advierte de que es solamente practicable en coches adecuados. Nuestro carro era un Chevy, muy parecido al antiguo Opel Corsa. Llegamos hasta Tulum y enfilamos una carretera de tierra paralela al mar, que al principio no era mala, paramos en alguna playa solitaria para tomar un baño. Más tarde y conforme iban pasando los kilómetros, la cosa se iba poniendo peor. Había unos baches tremendos en los que cabía practicamente nuestro coche entero, pero no hubo problema, pasabamos por en medio de ellos. El problema surgió cuando comenzó a llover y los tremendos baches o badenes, se iban llenando de agua. Durante el trayecto vimos pocos coches, pero todos eran 4x4, la mayoría de ellos se dieron la vuelta cuando comenzó a llover y vieron los charcos, nosotros seguimos ya nos quedaban pocos kilómetros. La verdad que lo pasamos bastante mal esquivando baches, ya que no sabiamos la profundidad que tenían, pero minutos más tarde paró de llover y enseguida llegamos al fin a Punta Allen. El pueblo es pequeñito con unos cuantos alojamientos y restaurantes. Punta Allen está perdido y gracias a este infernal camino, no había casi nadie, nos encontramos con un total de 6 turistas más, el tiempo que estuvimos por allí. Nos bañamos en sus calidas aguas y comimos en un pequeño restaurante llamado Muelle Viejo. Pedimos langosta que era muy barata y recien pescada, ya estabamos acostumbrados al picante mejicano, pero la salsa que nos pusieron con la langosta era puro fuego, menos mal que no le pusimos mucha al principio. Sin exagerar, se nos durmió la lengua y el paladar, una sensación parecida a cuando el dentista te anestesia. Para contrarestar el picante no tuvimos más remedio que tomarnos unas XX, bien fresquitas. XX fue nuestra cerveza preferida en este viaje. Por la tarde más playita y luego de regreso por los 40 kms del camino de la muerte.

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